Santiago Cervera y yo

Esta semana ha dimitido como diputado el popular Santiago Cervera, tras ser detenido e interrogado por un presunto chantaje. Ahora más que nunca me apetece contar mi historia (breve, modesta, quizás anecdótica) con él.

 

Empecé a seguirle hará unos meses en Twitter por dos motivos. El primero es que alguien lo mencionó en algún reportaje de algún dominical como ejemplo de político que usaba (bien) las redes sociales. Y el segundo es que apenas comparto nada de su ideología política.

 

Puede sonar raro, pero sé que seguir (y escuchar) sólo a quien piensa como tú no puede llevar a nada bueno. Partiendo de la base de que es imposible tener la razón al 100%, la única forma de darte cuenta de tus errores y rectificar es escuchar a quien piensa diferente. Por eso sigo y escucho a gente que piensa distinto, para poner a prueba mis convicciones cada día.

 

Y por eso empecé a seguir a Santiago Cervera. El primer mini debate fue sobre el peso que debe tener el Estado. Él, más bien liberal; yo, más bien lo contrario. Después hablamos de IVA, de insultos, de televisión e incluso de Javier Bardem. De si su personaje fuera de las pantallas enturbia su talento como actor. Él decía que sí, yo que no.

 

No me arrepiento de seguirle, todo lo contrario. Me pareció alguien cercano, atento a las menciones y capaz de defender su posición con educación (o de rectificar cuando no era así). Por eso, tras el vergonzoso episodio de la señorita Fabra y su célebre «que se jodan», me animé a escribirle la carta/email que reproduzco íntegro a continuación (es prescindible para el artículo, aunque creo que tiene su interés):

 

Apreciado Santiago,

Mi nombre es Roc Massaguer, aunque mi alias en Internet es Outconsumer. Nos hemos cruzado algunos tweets y te sigo desde hace tiempo, aunque (o quizás precisamente porque) no comulgo con muchas de tus ideas ni con las de tu partido. Me dispongo a escribirte este texto porque tengo confianza en las personas aunque a ratos siento que la he perdido toda en los políticos. Tengo la certeza de que leerás este texto y por eso siento que, aparte de poder expresar mi opinión, podría quizás servir de algo.
No puedo hablar en nombre de nadie, no me gusta hacerlo ni apropiarme de los sentimientos de ninguna mayoría. Por eso no me gusta ir a manifestaciones en las que los matices de mi opinión se diluyen entre cánticos generalistas. Por eso hablaré por mí, con la esperanza de que mis pensamientos no sean aislados.
He perdido la fe en los políticos y en la política. Desde niño he tenido claro que no debe haber poder mayor que el del Gobierno democrático de un Estado, ya que son los representantes de la voluntad del pueblo y esa es la base de la democracia. Los políticos nos representais y por eso debéis dar la mejor imagen de nosotros; e incluso mejorarla, debéis ser elegidos entre los mejores, para ser capaces de trasladar nuestras voluntades a la realidad, de forma efectiva, sabia y, si se me permite y se puede, hasta elegante. Por eso creo que avergonzarse de los políticos es el peor síntoma que puede presentar la ciudadanía.
De un tiempo a esta parte, no vemos ese ideal. Estoy avergonzado de los políticos de mi país. No vemos políticos obsesionados con encontrar el bien común, con evitar dañar a ninguno de sus ciudadanos, ni siquiera políticos que buscan el bien del país (que no siempre es el bien de los ciudadanos). Yo veo partidos de fútbol, con partidos políticos que son como clubes (con sus fanáticos seguidores y sus vítores por la derrota del eterno enemigo), veo pequeñas victorias para el que no debería ser el objetivo (ganar las elecciones), sino una simple herramienta. Veo políticos corruptos, veo políticos sometidos a los deseos empresariales o, aún peor, compinchados con ellos, veo ladrones (convictos), veo aprovechados, veo esclavos de la disciplina de partido que ya ni piensan diferente. Veo gente que entra en política para conseguir algo y se va cuando lo consigue. Veo sonrisas cuando dan explicaciones que deberían avergonzarlos. Y lo que es peor es que lo veo en todos los partidos. Sin excepción.
Leo y escucho cada día mentiras, promesas que no se podrán cumplir o que no se querrán cumplir, veo capotes para evitar problemas a corto plazo, veo políticos cobardes que se pierden en sus intereses personales. Veo una estructura política en la que se destina más tiempo y esfuerzos a poder seguir en el cargo, que en ejercerlo. Comprendo perfectamente que cualquiera querría seguir en su puesto, que cualquiera querría estar a buenas con sus amigos, que cualquiera tendría miedo de enfrentarse a su propio partido, que cualquiera caiga en la tentación del fin justifica los medios, que cualquiera se lo pensaría ante un «regalo» envenenado. Cualquiera cometería los mismos errores que cometen muchos políticos. Pero es que no debe gobernarnos cualquiera. Deben gobernarnos los mejores, los que conviertan, insisto, nuestras voluntades en realidades, de la mejor forma posible.
No quiero ver políticos que sienten que al llegar a un cargo, se lo han ganado y es suyo. No deben tener privilegios, sólo responsabilidades. Ese cargo no es suyo, es nuestro. Es nuestro empleado y debemos exigirle el máximo. El dinero que maneja es nuestro y lo hemos puesto a disposición del beneficio común justamente para que nos ayude, no para que se despilfarre. Por favor, pensadlo cada vez que firméis una partida presupuestaria, cada vez que entréis a vuestro coche oficial, cada vez que decidáis a qué restaurante vais a ir a comer.
Ahora mismo veo una sociedad política enferma, que no deja margen de maniobra a los políticos honrados, valientes y responsables que sé que hay. Que los conozco, que los he visto. Están ahí, sólo tienen que ser mayoría e implacables con los que no lo son. Está en vuestras manos. Está en tus manos. Que se acabe la España del «qué hay de lo mío», del «te lo hago sin factura», del nosotros y ellos, del fútbol por encima de todas las cosas, del nepotismo, del «y tú más». No me vale lo de que España es diferente o España es así. España somos nosotros y nosotros podemos cambiar, si queremos. Y me gustaría pensar que queremos. Yo, desde luego, quiero. Ayúdanos. Todo eso está en vuestras manos porque nosotros nos hemos quedado sin opciones de voto y sin calles en las que manifestarnos.
Digo que tengo fe en las personas, aunque no en los políticos. Por eso apelo a la persona detrás de cada político, a la que puede entender el sentir de los ciudadanos, porque también lo es, y no verlo todo a través de la plantilla de los intereses políticos.
Agradezco enormemente tu tiempo si has llegado hasta aquí y no espero una respuesta (aunque la agradecería, por supuesto), no pretende esto ser un debate. Simplemente quiero hacerte llegar mi opinión y el motivo de mi falta de confianza en los políticos. Ojalá sirva para algo más que para desahogarme. Muchas gracias.

Me respondió el mismo día por la noche. No reproduzco aquí su respuesta porque no tengo permiso para hacerlo, aunque básicamente me decía que se había leído el texto, que le resultó muy interesante y que quería responderme debidamente. Al cabo de unos 10 días, me envió otro email pidiéndome disculpas por no haber respondido aún.

Al cabo de un par de meses, en otra interacción por Twitter volvió a mencionar el tema de la respuesta pendiente y ayer, justo después de que yo publicara esto en Twitter, me respondió de la misma guisa.

Desconozco qué hubiera hecho en un caso similar algún compañero suyo del Congreso. Nunca lo he intentado con otros políticos. Santiago Cervera siempre ha sido atento conmigo y por eso merece mi admiración.

¿Chantajista?

Así que podéis imaginaros la sorpresa cuando leo que ha sido detenido por un presunto chantaje. A estas alturas de la película y con 35 años de experiencia a mis espaldas, ya no pongo la mano en el fuego por nadie, pero igualmente me sorprendió. No puedo decir que lo conozca como persona ni como político suficientemente bien como para emitir juicios, pero sí que me sorprendió.

Explico brevemente la historia: el pasado domingo 9 de diciembre, Santiago Cervera fue detenido por la Guardia Civil (y puesto en libertad por su condición de aforado) al acudir a la hora indicada en el lugar indicado a recoger un paquete. Por lo que entendí, en el paquete realmente no había nada, puesto que era un cebo de la Guardia Civil, pero supuestamente, debía haber 25.000 euros como pago por un chantaje.

Aquí es donde se cruzan las diferentes versiones. Cervera dio la suya en su blog, explicando que un anónimo (más tarde publicó los emails en prensa) le había enviado un email emplazándole a recoger información de gran importancia sobre las triquiñuelas de CajaNavarra*. Cervera asegura que respondió que así no se hacen las cosas… pero acudió igualmente al sitio porque «le pudo la curiosidad».

La otra parte de la historia (la que cuenta por qué no había ni información ni 25.000 euros en el sobre) es que el Presidente de Caja Navarra, José Antonio Asiáin, recibió también un email anónimo amenazándole con publicar información confidencial (y perjudicial para la entidad, se entiende) si no depositaba 25.000 euros en un lugar indicado (sí, el mismo en el que pillaron a Cervera). Asiáin alertó a las autoridades, que fueron quienes crearon la trampa para intentar pillar al extorsionador. Y quien acudió a la «cita» para recoger el paquete resultó ser Santiago Cervera.

Mi opinión

En el email anterior decía que los políticos no deberían comportarse como fanáticos de un equipo de fútbol, así que intentaré no hacer yo lo mismo, ni para bien ni para mal. No tengo ninguna prueba para creerme la versión de Cervera, pero la verdad es que quiero creerlo. No porque me caiga bien y no quiera que le pase nada malo, ni porque crea que al haberme respondido un par de veces merece mi empatía. No lo considero «de los míos». Bueno, sí, porque todos los políticos, de todos los partidos políticos, deberían ser «de los míos». Esa sería una buena señal.

Quiero que su versión sea verdad como quiero que Contador no se dope; porque quiero creer en la política, quiero creer en los políticos. Quiero creer que hay gente honesta que hace las cosas correctas. Quiero creer que hay gente que no sucumbe a las tentaciones ni maneja oscuros planes maquiavélicos. Eso es lo que quiero creer.

Pero como digo, hay dudas razonables y es responsabilidad de la Justicia esclarecer los hechos. De momento, Cervera no se ha anclado a su puesto, sino que dimitió al día siguiente (para no perjudicar al partido, dijo), cosa que, en mi opinión, le honra.

¿Sirvió de algo mi email? Seguramente, no. No creo que un email pueda cambiar a nadie, pero debo reconocer que no pude controlar una pequeña sonrisa de esperanza cuando leí en su explicación en el blog la siguiente frase:

En mi labor pública siempre he tenido un comportamiento íntegro, y creo firmemente que los políticos debemos representar los mejores valores en todas nuestras actuaciones.

 

Sí, es algo obvio. Sí, no debería ni tener que mencionarse. Pero sí, es el camino a seguir. Ojalá sea un mensaje que cale y que no se quede en píxels en una pantalla. El día que nos gobiernen los mejores, mostrando lo mejor de todos nosotros, habremos ganado la guerra.
*Cervera ha sido siempre muy crítico con la gestión de CajaNavarra y ha luchado por exigir responsabilidades por todas las supuestas irregularidades realizadas en el seno de dicha caja de ahorros. Eso explica que se tratara de un cebo realmente atractivo… aunque también podría justificar el chantaje.

2 comments

  1. tacwold dice:

    Es un poco decepcionante esto, la verdad es que algún político bueno tiene que haber, pero obviamente en las noticias solo salen los que la lían, también habrá muchos que entren con ideales y ganas de mejorar las cosas y acaben sucumbiendo gracias al señor dinero.

    Hay de todo, pero tristemente en España abundan muchos del tipo malo, sobretodo los que gobiernan.

    Un saludo Roc.

  2. axelivan65 dice:

    la verdad es que algun politico bueno a de haber pero son tantos los que «la cagan» y salen en las noticias que pienso que todos los politicos son igual de corruptos.
    tengo 17 años soy argentino y hace 6 que vivo en marbella y la verdad es que viendo los politicos que hay en mi pais y aqui se me quitan las ganas de votar en unas elecciones porque pienso que mi voto no servirá para nada porque al final nos seguiran robando.
    saludos

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