Hace un par o tres de días, un niño de 3 años se perdió en medio del bosque en los alrededores de una casa rural gerundense. Rápidamente se activó un plan de búsqueda y rescate en el que participaron un montón de voluntarios, además de los cuerpos de seguridad.
Como es habitual, se transmitieron muchas peticiones de ayuda también en las redes. Al parecer (yo no lo comprobé, aunque parece plausible y probable), la mayoría de ellos estaban escritos en catalán.
Esto sorprendió y preocupó a la usuaria madrileña de Twitter Nuria Onoro (@nuria_onoro), quien escribió estos dos tweets:
Ha desaparecido un pequeño de tres añitos, desde esta mañana…. Los mensajes mayoritariamente en catalán. Que Dios le ayude, ..
— Nuria (@Nuria_Onoro) 1 gener, 2016
Y que después de ayudar a q aparezca, arroje luz sobre los q difunden alerta ambar en lengua minoritaria teniendo el español a su servicio
— Nuria (@Nuria_Onoro) 1 gener, 2016
Lo que yo entendí de este tweet es que las posibilidades de encontrar al niño y, de hecho, su propia vida, estaban en peligro porque la mayoría (que no todos) de tweets pidiendo ayuda estaban escritos en catalán. Así que (equivocándome bastante) escribí esta respuesta cuando al final encontraron al niño*:
Al cabo de unas horas me di cuenta de que mi tweet estaba mal por varios motivos. El primero es que malinterpreté el mensaje inicial de Nuria. El segundo es que hice accesible a todos mis seguidores el «debate», sin dar la posibilidad a Nuria de explicarse y sin, de hecho, mirar si ya se había explicado. Por último, no calculé las consecuencias de mi acto.
El resultado fue que aumentaron las menciones a los tweets de Nuria con insultos, humillaciones y malas formas en general. Algo que sigue sucediendo aún hoy. Por supuesto, no fui el único que puso el altavoz en este tema y no puedo responsabilizarme por las acciones de otros, pero no se puede negar que contribuí a empeorar una situación bastante desagradable.
Al rato, ella se disculpó conmigo por no haber sabido expresar lo que quería decir. Yo me disculpé con ella por las formas en las que me expresé, por haberle puesto el megáfono y por no haber esperado a una explicación o disculpa por su parte antes de lanzarme (y lanzarla) al ruedo.
Propósito para 2016: no criticar a la gente en público sin antes dar margen para la disculpa/discusión. Mea culpa. https://t.co/UB9e0Tcsjz
— Outconsumer (@Outconsumer) January 1, 2016
@Outconsumer sin duda me equivoqué y lo dije fatal. @MrGuille270
— Nuria (@Nuria_Onoro) 1 gener, 2016
Sigo pensando que tengo razón y sigo estando en desacuerdo con su opinión, pero no creo que ese sea el mensaje que ha quedado, sino todo lo contrario. En Girona un 95% de la población dice entender el catalán (probablemente más si contamos sólo la gente que usa redes como Twitter), por lo que no es una lengua minoritaria en ese territorio y el «daño» que podría provocar que todos los mensajes no fueran en español es despreciable, frente a la lógica de usar tu lengua materna y de uso habitual en una situación de urgencia en la que te diriges a tus vecinos, que usan, en su mayoría, la misma lengua.
Es una obviedad que cuanto más conocido y usado sea el idioma que se elige, más gente lo entenderá. Igual que es obvio que cuantas más lenguas se usen, más posibilidades hay de que alguien lo entienda. El francés quizás hubiera sido útil en esa zona. Pero en realidad, si alguien quiere ayudar, el catalán no es una barrera en Girona (las autoridades tuvieron que pedir por favor que nadie más acudiera como voluntario, que había demasiados). Esa es una realidad que estoy convencido que Nuria desconoce y que quizás hubiera estado bien explicársela sin insultarla ni tratarla de nazi para arriba**.
Porque la sensación con la que me voy de esta discusión es que:
A) Aún hay mucha ignorancia y desconocimiento en España al respecto de las lenguas.
B) Twitter no es un buen sitio para debatir.
C) Si insultamos y humillamos a cualquiera que opine en Twitter (acertadamente o no, con más información o menos, con mejor o peor educación) estamos echando gasolina al fuego.
D) Nos aferramos al tweet polémico, al error, a la descontextualización, y generamos un tsunami que ya no se para, pase lo que pase. Da igual que pidas perdón, que rectifiques, que borres el tweet (¡eso es aún peor!). Da igual, el linchamiento nunca termina.
Quizás deberíamos reflexionar sobre eso, sobre cómo tratamos la discrepancia en las redes sociales, sobre la poca empatía que tenemos y lo fácil que es hundir a alguien (hay mil casos de gente que ha tenido que cerrar su cuenta por el acoso tras un tweet) sin pensarlo demasiado. Que esta entrada me sirva como autocrítica, puesto que no es la primera vez que reacciono así y contribuyo a una situación que no me gusta. Ojalá sea la última.
*Cuando Nuria me explicó que las menciones no cesaban y me pidió que la ayudara, decidí borrar mi tweet, para al menos, no atraer a más gente. Por eso pongo una captura de pantalla y no el enlace al tweet.
**Empecé a recolectar menciones desagradables hacia Nuria pero lo dejé porque me estaba poniendo de mala leche y porque no quiero darles, de nuevo, altavoz. Quien tenga estómago, interés y paciencia, que lo busque.
Me has dado que pensar, Roc. Yo también trataré de ser mejor usuario de Twitter e Internet en general.