He creado mi primer videojuego y no, no hablo de Extra Life. Bueno, con «creado» quiero decir «seguido un tutorial de Unity» con algunas aportaciones personales y por videojuego quiero decir una experiencia interactiva com gráficos de 1990 y 1 minuto de duración.
Eh, pero es mío.
Empecemos por el principio: siempre me han gustado los videojuegos (recuerdo las sesiones de Spectrum con mi padre a mediados de los 80) y siempre me ha interesado saber cómo se hacían. A finales de los 90 creé una versión del juego del ahorcado en Pascal durante un semestre en la clase de informática. Bueno, lo creamos el primer día y luego nos pasamos el resto de clases añadiendo palabras. Palabras chorras. Teníamos 16 años, qué quieres.
Ya entonces programar se me antojó como algo complejo, tedioso, nada intuitivo y muchos menos gratificante que jugar a los juegos que ha hecho otro. Así que nunca más me imaginé a mí mismo programando nada.
Nunca más hasta el verano de 2014, cuando pensé que quizás uniéndome a mi hermana (diseñadora gráfica) y su marido (diseñador de webs y programador de apps aficionado) podría crear un videojuego pequeñito y personal. Valiéndome del esfuerzo y los conocimientos de otros, eso sí.
La idea no cuajó, lógicamente, pero se plantó una semilla. Le conté la idea a Samuel Molina (Fukuy) y me dio la peor respuesta posible: «Oye, pues no es mala idea». La semilla ya empezaba a convertirse en plantita.
Unos cuantos meses después, Carlos Ortet (fundador de la productora Zoopa) vio Indie Game: The Movie y se enamoró. Propenso como es a imaginarse proyectos imposibles y, de alguna forma milagrosa, convertirlos en realidad, se propuso crear un documental (primero falso, con Loulogio y yo como protagonistas) para contar el proceso de creación de un videojuego a cargo de dos personas sin la más remota idea de lo que se hacían.
Esa idea evolucionó durante varios meses hacia un documental real sobre el proceso real de cumplir un sueño: el mío de crear un videojuego. Finalmente al proyecto se sumó Fukuy como compañero/mentor y nació Extra Life.
Guay. Muy guay, de hecho, pero sigue sin ser mi videojuego. Será «nuestro» videojuego, para ser precisos. Y aunque estoy metido de lleno en todo el proceso creativo y de diseño, sigue siendo algo que hago con otra gente, sin ser capaz de hacerlo solo.
Pero Extra Life es una puerta abierta, una oportunidad única. Así que pensé en aprovecharme de mi curiosidad genética por lo que me rodea para aprender algo de programación, producción y diseño, con el fin de, algún día, poder hacer mi pequeño videojuego. Mi videojuego casi minúsculo, casi nada, sin apenas mérito. Pero mío.
Y ese día es hoy. Durante el rodaje del episodio número 13 de Extra Life Fernando Ruiz (l_draven) me hizo una clase rápida de los conceptos, mecánicas y lenguaje que estamos usando en el juego de Extra Life. No os quiero hacer spoiler, pero disfruté como un niño y se abrieron de repente mil ventanas y puertas en mi cabeza, derribando antes de nada el muro que yo mismo construí hace 20 años pensando que lo de programar era algo fuera de mi alcance.
Así que al llegar a casa me puse a programar. Quería hacer un juego sencillito de una bola que rueda, pero con un mensaje más profundo. No era difícil de hacer, pero desde luego no tenía los conocimientos suficientes. Así que busqué un tutorial y di con algo perfecto: ni más ni menos que el primer tutorial de Unity para principiantes.
Seguí todos los pasos para crear el juego Roll-A-Ball, pero intentando entender para qué servía cada cosa. Creo que soy un tipo rápido y espabilado, pero mentiría si dijera que entendí la mitad de las cosas que hice. Sin embargo, pasé tres noches dándole al tema y modificando el proyecto para añadir cosas que me parecían interesantes y hacer el proyecto más mío.
Acudí a la ayuda de amigos, como debe ser. Ellos, quizás más entusiasmados que yo por mi ilusión, me echaron un cable en todo lo que necesité. Tanto Fer como Miquel fueron pacientes y didácticos. Me explicaron cosas que no sabía (cómo cambiar de forma un objeto ya creado, cómo añadir un contador de tiempo, soluciones simples a problemas complejos, etc.) y corrigieron las meteduras de pata que fui cometiendo.
También sería mentira decir que he hecho este videojuego yo solo, pero sería injusto decir que no he puesto de mi parte. Una vez comprendes la base y la estructura de Unity, el resto es conocer los comandos y, sobre todo, pensar con lógica. Y esa parte ha resultado ser la más gratificante. Es como un pequeño puzzle que tú mismo te creas y tú debes resolver. Una especie de guerra entre la máquina y tú que se gana pactando.
Total, que ya he hecho mi juego y aquí lo pongo para quien quiera disfrutarlo: versión Mac – versión Windows.
El juego es gráficamente cutre (no he dedicado ni un minuto a cambiar fuentes, colores ni nada parecido) y muy corto, pero estoy orgulloso de él. O quizás estoy orgulloso de haber superado mi propio prejuicio. No lo sé, pero estoy orgulloso. Ojo, no esperéis gran cosa. Tratadme como a un niño que ha juntado cuatro macarrones para hacer un marco de fotos. Con la misma ilusión, eso sí.
PD: El juego es gratis, pero con el DLC os cascaré 20 eurazos xD
PD2: Contadme qué os ha parecido el mensaje que pretendo contar.
PD3: Si no os funciona hacédmelo saber, aunque seguramente no tendré ni idea de cómo arreglarlo jajaja