La «Wertgonya» y demás giros lingüísticos

El Ministro de Educación, Cultura y Deporte, José Ignacio Wert, presentó un proyecto (con cierta nocturnidad y alevosía) para reformar, de nuevo, la Educación en España. El apartado más polémico y al que me quiero referir en este texto es al apartado dedicado a las lenguas en las comunidades bilingües, especialmente enfocado a Catalunya.

 

Como es un tema complejo en el que hay mucha política, muchos prejuicios, mucho desconocimiento y muchos sentimientos involucrados, intentaré ordenar y separar cada uno de los temas para una mejor comprensión de mi opinión.

 

¿Qué es la inmersión lingüística?

Se trata de la política aplicada desde los años 80 por parte de la Generalitat de Catalunya para fomentar el aprendizaje y uso del catalán en su territorio. Para hacerlo, se determinó que el catalán sería la lengua vehicular en las escuelas (públicas y concertadas) catalanas para compensar así el hecho de que muchas familias catalanas sólo hablaban castellano y casi ninguna hablaba sólo catalán.

 

Se creyó (y se sigue creyendo) que la mejor forma de conseguir que todos los niños lleguen a los 16 años sabiendo perfectamente ambas lenguas es usarla casi de forma exclusiva en los colegios. El método funciona: los niños saben castellano (o español) porque lo practican y lo escuchan en cualquier parte, a cualquier hora (también en el colegio, en el patio, entre ellos) y aprenden catalán porque se usa en cada clase.

 

Hay numerosísimos ejemplos de que esto funciona. Mi mujer, sin ir más lejos, es uno perfecto. En su familia se habla español, siempre fue así y así ha seguido siendo. En su barrio, con sus amigos, lo mismo. De no haberlo aprendido de forma integral en el colegio, probablemente no lo hubiera necesitado en su día a día y lo conocería como conoce el inglés, a un nivel muy básico. Ahora, con 24 años, no sólo domina a la perfección ambos idiomas, sino que ha pasado unas oposiciones (para maestra) en las que se pedía un nivel muy alto de catalán. Sus padres subrayan que siempre entendieron la inmersión lingüística como la única forma de que su hija aprendiera a la perfección una lengua que no usaba ni escuchaba en su día a día. Y que ojalá ellos, hijos de la educación tardo-franquista, hubieran tenido esta oportunidad, porque ahora lamentan no ser competentes en catalán.

 

El problema lingüístico

¿Hay un problema lingüístico en Catalunya? No. Quien viva aquí, venga de donde venga, sea de donde sea, hable como hable, verá que no hay ningún problema ni conflicto. Se puede vivir en español y se puede vivir en catalán. Puedes dirigirte a un policía, un médico, un abogado, cualquier tendero… en el idioma que quieras de los dos. Y si la otra persona no sabe (muchos inmigrantes no hablan el catalán, algunos catalanes de mayor edad no dominan el español), siempre te acabas entendiendo de una forma u otra.

 

¿Hay un problema en las escuelas? No. La mayoría de padres castellano-parlantes entienden cómo funciona la inmersión y les parece bien. La mayoría de los padres hace la misma reflexión que los padres de mi mujer: que aprenda en el colegio lo que no podemos enseñarle nosotros.

 

¿Se prohibe el castellano en las escuelas catalanas? No. Hay colegios en los que la lengua que más se escucha en los pasillos es el castellano. En el recreo, con los padres… También hay adaptación para los niños recién llegados que no hablan el catalán.

 

¿Hay demanda de enseñanza con el español como lengua vehicular? No lo parece. Un total de 20 familias han pedido en el último año que a sus niños se les escolarize en español. Unas 5 han seguido adelante (vía judicial) tras la negativa, amparada por la ley, de la Generalitat. No hay escuelas privadas que ofrezcan una escolarización en español. Señal de que no hay mucho mercado. Sí hay, sin embargo, escuelas privadas británicas, americanas y francesas. Por supuesto, un padre que mande a su hijo a una escuela americana no le preocupa que no hable en español con sus maestros, ni teme que vaya a dejar de aprenderlo correctamente.

 

La ley, según convenga

El señor Wert y la señora Rigau (Consellera de Educación de la Generalitat en funciones) empezaron ayer una batalla legal, cada uno con sus armas, con el debate sobre quién manda más de fondo. ¿La Constitución? ¿La interpretación de ésta por parte del Tribunal Constitucional? ¿La Ley de Educación? ¿El Estatut de Catalunya? ¿La normativa de la Conselleria de Educació?

 

En mi opinión, eso da igual. Las leyes están a nuestro servicio, no son mandatos divinos que actúan como un árbitro malo, que azarosamente se desvía hacia un lado u otro. Primero debemos ponernos de acuerdo en qué queremos y luego hacer las leyes para aplicarlo. Si no nos ponemos de acuerdo, sufren los ciudadanos (especialmente los niños), como siempre. Wert ya explicó que quiere «españolizar» los niños catalanes, porque se ve que no lo son suficiente, ya que parece que ser catalán no es ser español.

 

Y aquí está, para mí, el origen del conflicto. España no considera (de forma general, en la calle) el catalán como una riqueza de su cultura, sino como un capricho, una molestia y, en términos actuales, una frikada de cuatro locos independentistas que, a poco que se mosqueen, se quieren pirar. Pero por otro lado, también creo que hay mucha gente que no se siente española y no quiere sentirse española, haciendo exactamente lo mismo: menospreciando algo que forma parte de ellos, les guste o no. Cuando resolvamos esto, este debate dejará de tener sentido.

 

Los derechos individuales y colectivos

«Las personas tienen derechos; los idiomas, no«. Ese es uno de los argumentos de la gente que dice que no hace falta defender el catalán ante nada. Si no se usa, por algo será y, por lo tanto, merece desaparecer. Nunca he escuchado ese argumento de boca de alguien con una lengua materna que no sea mayoritaria.

 

Decía Milan Kundera que alguien que tenga como lengua materna el español nunca podrá ni siquiera concebir lo que supondría que su lengua desapareciera. En consecuencia, no le importaría que desaparecieran otras.

 

El catalán es mi lengua materna. Es la lengua que me enseñaron mis padres, es la lengua con la que pienso, con la que hablo con mi mujer y con la que hablaré a mis hijos. Y, además, es una de las lenguas oficiales de mi territorio. Me parece normal que quiera que siga siendo así.

 

El problema es cuando ese derecho que tengo a expresarme en mi lengua materna choca contra el mismo derecho de alguien que usa otra lengua. Por eso entiendo los argumentos de quienes dicen que quieren que sus hijos puedan hablar en español en el colegio. Entiendo que igual que yo reclamo poder usar mi lengua en todos los ámbitos de mi vida, otro puede hacer lo mismo con la suya. No tiene él la culpa de que el catalán esté en posición de inferioridad respecto al español.

 

Y aquí llegamos a los derechos colectivos. Parece evidente (o debería parecerlo) que una sociedad que domine a la perfección dos lenguas es mejor que una que sólo domine una. Y parece, por lo tanto, evidente que está bien que se haga algún sacrificio (de derechos individuales) para conseguir el objetivo final. El cacareado bien común: objetivo loable pero de precio peligroso.

 

La politización de la lengua

El principal problema del mal llamado conflicto lingüístico es que es un conflicto político. Cuando los partidos políticos se dieron cuenta de que el mensaje sobre la identidad, la lengua, la unidad, la nación, la libertad y todas esas grandes palabras daban réditos electorales, lo convirtieron en su cruzada.

 

A los extremos les conviene la agitación (véase los resultados de ERC y de Ciutadans, extremos opuestos en temas de identidad cultural) para ganar votos. Y, por lo tanto, agitan. Y cuando agitan, llevan a la gente al extremo, porque es un fenómeno que se retroalimenta: ¿Has visto lo que han dicho? ¿Has visto cómo nos odian? ¿Has visto cómo intentan imponer su forma de ver las cosas? ¿Has visto qué poco sensibles con nuestro punto de vista?

 

Y el discurso sirve para los dos bandos. Estamos, de nuevo, en un partido de fútbol. Da igual que tu defensa sea el más cerdo de la competición y tu delantero se tire fingiendo penalty cada dos por tres, siempre encontrarás la forma de justificar que el otro es peor y que, encima, el árbitro le favorece.

 

Ya me cansa en el deporte, pues imagina en la política… La política debería ser el arte (me conformaría con que fuera la industria) de resolver problemas, no de crearlos. Y, por lo menos en este tema, está fracasando estrepitosamente.

 

Mi opinión

Creo que la inmersión lingüística es un buen camino, pero no es un fin. El fin debería ser que cualquiera pudiera usar indistintamente catalán o español en cualquier ámbito y que todo el mundo no sólo dominara ambas lenguas, sino que lo viera como un valor añadido. Que aquellos padres castellanoparlantes que no tuvieran el catalán en su día a día, quisieran que su hijo lo aprendiera. Y que los catalanoparlantes no reivindicaran su lengua por encima de todas las cosas, sino que disfrutaran de un bilingüismo estable y equitativo.

 

¿Soñar? Sí, supongo que sí. En cualquier caso, justifico la inmersión no como una imposición sino como una regularización temporal para conseguir el objetivo que he descrito hace un momento. A mí no me parece mal que en Catalunya se enseñe diferente al resto de España, siempre que no se busque adoctrinar, sino dar herramientas (de entrada, dos idiomas) a los niños para que saquen sus propias conclusiones.

 

Y por último, creo que deberíamos perder los complejos pero también dejar de hablar con las vísceras.  Como dije el otro día en Twitter: el día que comprendamos que dos lenguas (sean las que sean) son mejor que una, empezaremos a ir en el buen camino.

 

Para ilustrarlo, describiré una anécdota muy significativa. Tuve la oportunidad de viajar a Camerún (donde tienen como idiomas oficiales el inglés y el francés, a los que la mayoría añaden su lengua materna tribal) con un agente de jugadores y un representante de un club catalán que querían fichar a un joven y prometedor chaval: Johan Kody.

 

Estuve en la charla con su padre, quien debía dar el permiso para que el club se llevara al jugador por cuatro años (a cambio de algún dinero y la educación deportiva y general incluida). Los representantes del club y el agente estaban preocupados por un tema: el colegio al que iría el chaval tenía el catalán como lengua vehicular, por lo que era posible que el niño aprendiera antes el catalán que el español. Lo plantearon con cierto miedo ante la reacción del padre.

 

El padre se sorprendió. «No entiendo cuál es problema. ¿Queréis decir que aprenderá español y catalán, que es la lengua que se usa mayoritariamente en esa ciudad, al mismo tiempo?». Preocupado, esperaba una explicación; quizás a pesar de ser un hombre culto, experto en leyes, no había entendido el problema. El problema es que no había ninguno.

13 comments

  1. Javi_martinez dice:

    Roc te explico mi opinión que difiere algo de la tuya, pero con respeto claro está. Yo creo que cada persona tiene el derecho de usar la lengua vehicular que quiera: español, catalán, gallego, vasco… Y la educación pública ha de garantizarlo, ofreciendo escuelas tanto con el español como lengua vehicular como el catalán pero en función de la demanda. Si quieres que la lengua vehicular sea una que no es oficial como el inglés o el francés, te tienes que ir a la enseñanza privada. Te pongo un ejemplo, soy valenciano pero mis padres son de Cuenca y Extremadura por lo que mi lengua materna es el castellano y con la que hablo a todo el mundo es el castellano. En Valencia el estatuto es diferente ya que SÍ da la opción, y hay una mayor demanda de castellano por lo que puedes elegir. Entonces si creo se ha de pagar un colegio privado a aquel que quiera el castellano como lengua vehicular, ya que la demanda es tan poca que no puede haber colegios. Lo que no entiendo es que la Generalitat quiera obligar a la gente a aprender en una determinada lengua como lengua vehicular.
    ¡Un saludo!

    • Outconsumer dice:

      Entiendo lo que dices, pero lo que me da miedo de este modelo que describes es que se pueda perder lo que se ha ganado justamente de normalización del catalán en Cataluña. Aparte de que no me gusta lo de separar a los alumnos en función de la lengua. Antes preferiría que se diera clase indistintamente en ambas lenguas.

      • Javi_martinez dice:

        A que te refieres con lo de ‘clase indistintamente en ambas lenguas’ ¿a que las clases sean totalmente bilingües? A por cierto, el blog es excelente y se nota que te trabajas muchísimo las entradas y esta en especial. ¡Un saludo Roc!

  2. Aleserx dice:

    Yo tengo 16 años y soy catalán y evidentemente en el colegio aprendo el catalán como cualquier otro niño que vive en Cataluña. ¿Por eso ya no sé hablar español? Pues no, y esa parece ser que es la idea que quiere dar Wert a los demás españoles. Yo aprendo catalán y si no fuera por eso yo no sabría hablarlo. Con toda mi familia hablo castellano, veo la tele en castellano, con mis compañeros hablo en castellano, cuando voy a cualquier sitio hablo en castellano y así en miles y miles de situaciones. Es más, aún hablando catalán en el colegio domino mejor el castellano. Y estoy orgulloso de saber catalán porque es algo que OJALÁ todas las personas de toda España pudieran aprender, al igual que yo estaría encantado de aprender vasco o gallego o cualquier otra lengua. Para mí lengua=cultura y aprender una lengua es mucho más de lo que pueda parecer. Si no fuera por la inmersión lingüística yo sólo sabría hablar apenas el catalán… muy triste.

    Tengo clarísimo que si algún día tengo un hijo haré que aprenda catalán en igual de condiciones que el castellano, independientemente de lo que haga ahora Wert.

    Y por si alguien se piensa que si en clase no hablas catalán te castigan o algo así… estáis muy equivocados. Yo solo utilizo el catalán para hablar con los profesores o con alguien que se dirige hacia a mí hablándolo, pero si alguna vez hablo con los profesores en castellano no te pegan ni nada ¿eh? 😛

    Bon article Roc, m’encanta el blog.
    Saludos

  3. machdo1@gmail.com dice:

    Buenas roc , que tal ?¡ opino casi como tu pero no me gustaria convencer a la gente de no joder el catalan porque asi sabran otro idioma mas , me gustaria aunque pueda doler ser un poco mas radical/realista , quiero defender el catalan porque es mi lengua igual que el frances para el frances o el ingles para el ingles , es mi idioma es mi historia i es mi cultura , no defiendo el catalan para que otro este mas contento de saber algo mas repito en la vida defiendo el catalan porque es parte de mi ,porque nunca seria capaz de ir a francia i querer que ellos hablasen español , porque nunca seria capaz de ir a inglaterra i que ellos hablaran español porque ellos tienen su lengua que sale de una historia cultura etc…. defiendo el catalan porque es el yo el catalunya i catalunya antes de formar parte de la marca hispania ahora españa , era catalunya y hablava catalan si ahora vienen los moros o los amerianos i nos bombardean a ver que gracia les hace a los españoles en cuestion de añitos estar hablando i viviendo en ingles por ejemplo, pos a eso me refiero obligar no obligamos a nadie pero si ,estamos en españa ahora mismo pero seguimos teniendo el catalan y lo queremos tener muchos años mas como los gallegos el gallego o vascos o lo que sea mallorquin etc….el catalan debe perdurar para siempre hasta la desaparicion del mismo mundo que lo creo , asi pues i espero no tener muchas faltas i poner bien las comas i estas cosas me despido , espero haverme explicado bien lo que queria explicar , adeu Roc cuidat!!!!!!

  4. danielpt96 dice:

    Yo, soy andaluz, y parece que siempre nos estamos tirando piedras de un lado para otro, ¡Cuando muchos andaluces tenemos familia en cataluña! xD
    Bromas ya hechas, mi opinión:
    Todos sabemos el sentimiento ultra-patriótico (o llamalo como quieras) que tienen la gente que hoy por hoy nos gobierna, y ellos piensan que hablar catalán es un acto de reveldía contra España y de lo que no se dan cuenta es de que es solamente un idioma, unas palabras ¡Como si fuese inglés!¡Que más dará!
    Pues nada, ellos se lo toman como algo personal, y lo que es peor, nos quieren convencer de que hablar catalán es algo malo.
    Pero en resumen: Da igual, que cada uno hable el idioma que quiera hablar, lo unico que hay que tener en cuenta es que cuando alguien que no hable catalán llegue, se le atienda en español y punto. Los políticos no tienen porque meterse por medio.
    Vosotros(tu, etinet, y más gente catalana) sois los que me habéis abierto al mente sobre este tema, y de eso es de lo que se trata. Y al principio tenia una forma de pensar más cerrada ya que eso es lo que nos hacen pensar (medios, políticos…)fuera de cataluña.
    Saludos!!!!

  5. Jamah25 dice:

    Yo sinceramente no entiendo cual es el problema.. ¿Por qué no se imparten las dos lenguas por igual y ya está? Roc , tu crees que sin la inmersión lingüistica el catalán acabaría desapareciendo? Un saludo desde Murcia 🙂

    • Outconsumer dice:

      Es posible, sí. La verdad es que nadie lo sabe. De todas formas, mi apuesta sería que cada profesor diera su clase en el idioma que él o ella prefiriera, que los chavales vieran normal que cada uno use lo que quiere.

      • Jamah25 dice:

        Lo que tu dices esta muy bien , pero para que cada profesor de la clase en el idioma que quiera , primero los alumnos tendrán que bilingues. Lo perfecto sería que todos fuesemos bilingues desde pequeños y que no hubiera este tipo de polémica

  6. Lynx dice:

    A mí este tema me enferma. Pretenden «españolizar» a los catalanes pero diciendo esas cosas lo único que van a conseguir es catalanizarlos. Yo soy un buen ejemplo. Me importaba bien poco todo el tema de la independencia y demás hasta que empece a ver todos estos líos y persecuciones lingüísticas deplorables. No votaría a la independencia (de hecho, no voto.) pero no me importaría formar parte de ella.

    Por culpa de esta persecución la sociedad española también se a metido en el saco y somos la Cataluña marginal. Cualquier vídeo donde se mencione el catalán, Cataluña o la independencia se convierte eso en una pelea increíble. Un perfecto ejemplo fuiste tu mismo Out, hiciste un comentario sin importancia sobre «un independentista» simplemente porque llevaba la bandera independentista y los comentarios se llenaron de tonterías absurdas preguntándote «que tenias contra los catalanes» cuando se ve de lejos que eres catalán (ese acentillo imposible de no diferenciar xDD).

    Obviamente no digo que TODA España insulta Cataluña pero parte importante sí, eso se ve en Internet donde no hay que dar la cara para hacer estos comentarios y los hacen libremente sin ser juzgados directamente. La solución es normalizarlo. Que el gobierno diga, «el catalán está y está ahí». La próxima generación crecerá con ese pensamiento y fin pero si en lugar de eso lo que intentan es degradar el idioma cada vez más, va a ser siempre lo mismo. Una Cataluña que quiere ser independiente y una España que odia Cataluña pero que tampoco quieren que se salga de España.

    A mí todo esto me parece ridículo. Lo único que consiguen con esas cosas es empeorar la situación.

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